El prepósito general de los jesuitas, el español Adolfo Nicolás, se reunió con el papa Francisco en el Vaticano y le ha ofrecido "todos los recursos" de la Compañía de Jesús, "dado que en su nueva posición necesitará consejos, ideas y personas", informó hoy la congregación en un comunicado donde Nicolás relata, en primera persona, el encuentro.
El general de los jesuitas acudió al Vaticano el pasado día 17, "por invitación personal" del papa Bergoglio, también jesuita, con el que se reunió en la residencia de Santa Marta, donde se aloja el pontífice en estos días hasta que el apartamento papal este acondicionado.
"El me esperaba en la entrada y me recibió con el normal abrazo entre jesuitas. A petición suya nos hicimos unas fotos y ante mis excusas por no conocer el protocolo, insistió en que me mostrase con él como con otro jesuita, hablándole de 'tú' y que no me preocupara por llamarle santidad o santo padre", contó Nicolás, según la nota facilitada por la casa generalicia de los jesuitas en Roma.
Nicolás ofreció al papa Francisco "todos los recursos de los que dispone la Compañía, dado que en su nueva posición necesitará consejos, ideas, personas, etc". "Me lo agradeció, le invité a visitar la curia(la sede central de los jesuitas, a pocos pasos del Vaticano) y a almorzar con nosotros. Me dijo que lo hará", añadió Nicolás.
Sobre los temas tratados, Nicolás dijo quehubo "plena comunión" y que está convencido de que "trabajaremos muy bien juntos al servicio de la Iglesia en nombre del Evangelio".
El superior de los jesuitas agregó que el encuentro se desarrolló en un ambiente de serenidad y alegría y que abandonó la residencia de Santa Marta "convencido de quevaldrá la pena colaborar plenamente con él (el papa) en la Viña del Señor".
Nicolás destacó que al final de la reunión, el papa le ayudó a colocarse el abrigo y le acompañó hasta la puerta de Santa Marta.
"De nuevo un abrazo, un bonito modo de encontrar y despedir a un amigo", subrayó. Adolfo Nicolás concelebró ayer con el papa la misa solemne de inicio de pontificado.
Éste es el relato íntegro del general de la Compañía de Jesús:
Respondiendo a una invitación personal del Papa Francisco, a las 5.30 de la tarde he estado en la Casa de Santa Marta, donde han vivido los cardenales que asistían al cónclave. El mismo Papa estaba a la puerta y me recibió con el abrazo con que nos solemos saludar los jesuitas. A petición suya nos hicimos algunas fotografías, y ante mis disculpas porque no me ajustaba al protocolo, insistió en que le tratara como a cualquier otro jesuita, llamándole de tú, de modo que no tuve que estar pendiente de darle el tratamiento de Santidad o Santo Padre.Le ofrecí todos los recursos de que dispone la Compañía, ya que, en su nueva situación, va a verse necesitado de personas, grupos de consejo y reflexión, etc. Se mostró agradecido por mi ofrecimiento, y cuando le invité a que viniera a comer con nosotros en la curia me dijo que sin duda lo hará.Hubo total sintonía en nuestra manera de sentir acerca de una variedad de temas que tocamos en la conversación, y quedé convencido de que trabajaremos muy bien juntos, al servicio de la Iglesia y en nombre del Evangelio.Se dio un entendimiento mutuo con paz y humor hablando del pasado, presente y futuro. Deje la Casa de Santa Marta persuadido de que el Papa contará con gusto con nuestra colaboración al servicio de la viña del Señor. Al final me ayudó a ponerme el abrigo y me acompañó a la puerta. Esto me proporcionó unos cuando saludos de parte de los guardias suizos que allí estaban. Un abrazo jesuítico, de nuevo, como modo natural de saludar y recibir a un amigo
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