El papa Francisco ha recibido este miércoles en la biblioteca privada del palacio apostólico a la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, informó la oficina de prensa del Vaticano.
La presidenta asistió la víspera en la plaza de San Pedro a la misa de inauguración del pontificado del primer pontífice latinoamericano.
Rousseff ha abordado la visita prevista del nuevo pontífice a Río de Janeiro, del 23 al 28 de julio próximos, para presidir la Jornada Mundial de la Juventud, como lo han hecho sus predecesores Juan Pablo II y Benedicto XVI.
"Creo que será el mayor evento al que el Papa asistirá, se espera una multitud de católicos. Lo recibiremos de la mejor manera, como siempre. Ese será el tema central de nuestro encuentro este miércoles", declaró Rousseff el martes en un breve encuentro con la prensa.
"Éste es un Papa que habla a los más frágiles, a los jóvenes, a los ancianos y a quienes necesitan ayuda. Creo que es un pontífice capaz de conmoverse, que se va a dedicar a los pobres y ha dicho que ése es su mayor objetivo. Eso es motivo de orgullo para nosotros los brasileños y para toda América Latina, pero sobre todo es un bien para todo el mundo", añadió.
Se trata del segundo encuentro con un mandatario latinoamericano, ya que Francisco, exprimado de Argentina, recibió el lunes pasado en audiencia privada a la presidenta Cristina Kirchner en el Vaticano, en un encuentro que sirvió para limar asperezas en sus relaciones.
La presidenta Kirchner le solicitó oficialmente una mediación por el conflicto entre la Argentina y Gran Bretaña por la soberanía de las islas Malvinas.
El Papa deberá confirmar a Rousseff, una exguerrillera de izquierda, su viaje a Brasil y no se excluye que aproveche esa ocasión para visitar también Argentina, su país natal.
"Es de esperar que el Papa realice un viaje a la Argentina", subrayó recientemente el portavoz del Vaticano, padre Federico Lombardi, aunque advirtió que la agenda pontificia todavía no ha sido fijada.
La mandataria brasileña considera crucial que el nuevo pontífice se preocupe sobre todo por los pobres del mundo, aunque desea que la Iglesia católica muestre "mayor comprensión" por las diferentes opciones personales del mundo de hoy.
Brasil es el país con más católicos del mundo: 123 millones de sus 194 millones de habitantes.
Entusiasmado por la JMJ
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó hoy tras reunirse con el papa Francisco que el pontífice está "entusiasmado" con su viaje en julio a Brasil para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) y que "espera una masiva presencia de los jóvenes".
Además Rousseff anunció que el papa visitará en Sao Paulo el Santuario de Nuestra Señora Aparecida, la patrona del país, después de su permanencia en Río de Janeiro para la JMJ.
La presidenta brasileña se reunió durante cerca de 30 minutos con el papa argentino en la biblioteca del Palacio Apostólico, y dijo que el papa es una persona "muy carismática" destacando sobre todo su "gran compromiso con los pobres".
"Su compromiso con los pobres nos une mucho, ya que los gobiernos brasileños en los últimos años nos hemos ocupado de buscar la superación de la pobreza", afirmó Rousseff, quien comentó que explicó al papa las políticas de su Gobierno para erradicar la pobreza.
Rousseff también habló con el papa Francisco "sobre la protección de las poblaciones mas necesitadas".
La mandataria brasileña comentó al pontífice su admiración por su decisión de invitar a un recolector de cartones argentino ("cartonero") a sentarse ayer entre los gobernantes durante la ceremonia de inicio de pontificado.
Pero el tema principal fue la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará del 23 al 28 de julio, y sobre la que ambos coincidieron en que es vital para "la construcción del futuro y la humanidad" y, agregó Rousseff, "la Iglesia como institución secular tiene un papel muy importante".
Hablaron también de los problemas de los jóvenes en Brasil como las drogas y de la necesidad de "reforzar los valores, principios y símbolos en los jóvenes".
Rousseff explicó que el papa, como ya hizo con la presidenta argentina, le regaló el Documento de Aparecida, la declaración conjunta de la reunión de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (CELAM) de 2007.
"No lo lea todo, que a lo mejor se aburre", contó Rousseff que le dijo el papa Francisco, quien después le indicó el índice del volumen para que leyese aquellos puntos que más le interesasen.
El papa Francisco también se mostró "muy conmovido" por el incendio en la discoteca Kiss de Santa María, en la que perdieron la vida 241 jóvenes y afirmó que en esta tragedia "Brasil demostró fuerza y ternura".
"Éste será un papa muy importante en un momento en el que todos lo necesitamos", agregó la presidenta brasileña, que definió Francisco como "un papa modesto" y "muy normal".
También bromeó con que Francisco habla el "portuñol", pero entiende perfectamente el portugués y no hizo falta un traductor.
Al responder a la prensa argentina que le preguntaba sobre qué opinaba de un papa procedente de Argentina, Rousseff contestó: "Tenéis mucha suerte porque es un gran papa, pero como nuestra gente siempre dice, el papa es argentino, pero Dios es brasileño".
Tras el encuentro con el papa Francisco, la mandataria brasileña, que participó ayer en la misa de inicio de pontificado, se dirigió al aeropuerto para regresar a su país. (RD/Agencias)
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