¿Qué piensa el Papa Francisco sobre el papel de la mujer en la Iglesia y la sociedad? Jorge Bergoglio respondió a esta pregunta en el diálogo con el rabino Abraham Skorka, rector del Seminario Rabínico Latinoamericano, recogido en el libro “Sobre el cielo y la tierra”, publicado en 2012 por la editorial Sudamericana (http://www.edsudamericana.com.ar).
Publicamos un pasaje del capítulo de este volumen dedicado a la mujer.
--Bergoglio: En el catolicismo, por ejemplo, muchas mujeres conducen una liturgia de la palabra, pero no pueden ejercer el sacerdocio porque en el cristianismo el sumo sacerdote es Jesús, un varón. Y la tradición fundamentada teológicamente es que lo sacerdotal pasa por el hombre. La mujer tiene otra función en el cristianismo, reflejada en la figura de Marta. Es la que acoge a la sociedad, la que contiene, la madre de la comunidad. La mujer tiene el don de la maternidad, de la ternura; si todas esas riquezas no se integran, una comunidad religiosa no sólo se transforma en una sociedad machista sino también en una austera, dura y mal sacralizada.
El hecho de que la mujer no pueda ejercer el sacerdocio no significa que sea menos que el varón. Más aún, en nuestra concepción la Virgen María es superior a los apóstoles. Según un monje del segundo siglo, hay tres dimensiones femeninas entre los cristianos: María, como madre del Señor, la Iglesia y el Alma. La presencia femenina en la Iglesia no se ha destacado mucho, porque la tentación del machismo no dejó lugar para visibilizar el lugar que les toca a las mujeres de la comunidad.
--Skorka: El cristianismo toma la función sacerdotal de la Biblia hebraica. En ella, el sacerdocio pasa de manera patrilineal. Pero la condición judía de las personas pasa de manera matrilineal: si la mamá es judía, el hijo es judío. En nuestro credo, el sacerdocio también era ejercido por el hombre. Pero hoy en día, nosotros tenemos maestros (la palabra “rabino” significa maestro). Por lo tanto, una mujer que tiene conocimiento de la Torá puede enseña y responder preguntas sobre cómo se debe obrar de acuerdo con la ley judía.
--Bergoglio: Los católicos, cuando hablamos de la Iglesia, lo hacemos en femenino. Cristo se desposa con la Iglesia, una mujer. El lugar donde se reciben más ataques, donde más se golpea, es siempre el más importante. El enemigo de la naturaleza humana --Satanás-- pega donde hay más salvación, más transmisión de vida, y la mujer --como sitio existencial-- resultó la más golpeada de la historia. Ha sido objeto de uso, de lucro, de esclavitud, fue relegada a un segundo plano. Pero en las Escrituras tenemos casos de mujeres heroicas que nos transmiten lo que Dios piensa de ellas, como Ruth, Judith...
Lo que me gustaría agregar es que el feminismo, como filosofía única, no le hace ningún favor a quienes dice representar, porque las pone en un plano de lucha reivindicativa y la mujer es mucho más que eso. La campaña de las feministas del veinte logró lo que querían y se acabó. Pero una filosofía feminista constante tampoco le da la dignidad que merece la mujer. Caricaturizando, diría que corre el riesgo de convertirse en un machismo con polleras (faldas en Argentina, n.d.e.).
Aleteia
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