El Gobierno angoleño ha anunciado el pasado 30 de marzo en Luanda el levantamiento de la prohibición de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), en las condiciones indicadas por una Comisión de Expertos, tal como informa PYS Noticias. Esta medida provisional fue tomada el pasado mes de febrero por el Gobierno del país tras el suceso que en la noche de fin de año se saldó con la muerte de 16 asistentes a un acto organizado por la secta, también conocida en muchos lugares por el lema “Pare de sufrir".
De acuerdo con un comunicado de la Oficina de la Presidencia a la que tuvo acceso Angola Press, a pesar del levantamiento de la prohibición, la secta mencionada debe ser objeto de una vigilancia continua de la Oficina del Procurador General (PGR), los Ministerios de Interior, Justicia y Derechos Humanos y de la Cultura.
La supervisión de estos organismos gubernamentales tiene como fin que la IURD cumpla dentro de los plazos determinados las recomendaciones de la Comisión de Expertos, que realizó visitas de inspección a sus templos principales en el país africano. Según el documento publicado, las visitas estuvieron destinadas a “inspeccionar si los templos tienen condiciones técnicas y de seguridad para albergar a gran número de fieles”.
En caso de incumplimiento de las recomendaciones técnicas formuladas por la Comisión de Expertos, el Gobierno volverá a cerrar todas las actividades de la IURD en Angola, de acuerdo con la ley.
Preocupación por las sectas en Angola
Por otra parte, el secretario del Presidente de la República para los Asuntos Sociales y Religiosos,Simão Helena, manifestó el pasado 28 de marzo en la ciudad de Lubango, provincia de Huila, su preocupación con la multiplicación de sectas que ejercen actividad religiosa ilegal en el país.
Al intervenir en la conferencia religiosa con el lema “Reflexión sobre la situación actual de la Iglesia en Angola", bajo la égida de la Comisión de las Iglesias para Eventos no Ecuménicos (SIPENE), el secretario Simão Helena subrayó que de las 900 iglesias instaladas en el país, apenas 83 están legalizadas y reconocidas por el Ministerio de la Cultura para el ejercicio de sus actividades.
Destacó que esta situación merece una intervención inmediata del Ejecutivo y de todos sus colaboradores, pues muchas de estas sectas realizan rituales fuera del contexto cultural angoleño y muchas veces hieren la moral social y espiritual, principalmente en las comunidades menos informadas.
“Se pretende igualmente con eso proteger la población contra oportunistas que se aprovechan de la ingenuidad de éstas, tanto urbanas como rurales, que dan una evangelización que no sirve a nuestra identidad cultural”, dijo. Destacó que mayor parte de ellas realiza cultos en locales impropios, utilizando doctrinas que no ayudan a mejorar la sociedad.
Reconoció la falta de profesionalismo, ineficiencia y fallos demostrados por algunos órganos de la Administración central del Estado, por cometer el error de registrar iglesias y sectas religiosas que hoy generan conflictos entre sí, situación que repercute en las poblaciones.
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