Quizá la acusación más repetida y trillada de parte del protestantismo hacia la Iglesia Católica es la de idolatría. “Los católicos adoran imágenes’ repiten hasta el cansancio, y hay que decir que dicho argumento a pesar de ser tan flojo, logra convencer a muchos católicos poco formados que desgraciadamente desconocen su fe, en parte por culpa propia y en parte por la nuestra como miembros de la Iglesia que somos.
IDOLATRÍA, ADORACIÓN Y VENERACIÓN
Según el diccionario de la Real Academia Española el significado de idolatría es:
Idolatría: Adoración que se da a los ídolos.
Donde a su vez, la palabra ídolo es definida como:
Ídolo: Imagen de una deidad, adorada como si fuera la divinidad misma.
Esta definición coincide con la composición de la palabra idolatría: Ídolo – Latría. Donde ídolo es aquello que toma el lugar de Dios, y latría significa culto de adoración.
Idolatría consiste en adorar algo o alguien diferente a Dios (ídolo), ya sea una persona o una cosa.
Según el diccionario de la Real Academia Española el significado de adorar es:
Adorar:
1.Reverenciar con sumo honor o respeto considerándolo como cosa divina.
2. Reverenciar y honrar a Dios con el culto religioso que le es debido.
De las definiciones anteriores podemos resumir que idolatría es adorar (considerar como Dios o como una deidad) a algo o alguien diferente de Dios. Los católicos profesamos que ni a los santos ni a las imágenes se les debe rendir adoración pues esta corresponde a Dios.
Venerar:
Respetar en sumo grado a una persona por su santidad, dignidad o grandes virtudes o a una cosa.
Mientras adorar es considerar como Dios a algo o a alguien, venerar es respetar en gran manera a algo o a alguien, no por ser Dios, sino por su relación con Dios. Podemos venerar a alguien por considerar que esta persona por su vida y virtudes es grata a Dios sin adorarla.
¿PERO NO ESTÁ PROHIBIDO HACER IMÁGENES?
Está prohibido adorar ídolos que es distinto. Las denominaciones protestantes interpretan fuera del contexto el mandamiento de Éxodo 20,4, como una prohibición a hacer imágenes.
“No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahveh, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos”[1]
En el pasaje anterior todo lo subrayado es una sola prohibición. Dios prohíbe hacer imágenes para darle el lugar que solo a él le corresponde. Este mandamiento lo dio Dios no porque se tratara de algo malo en sí mismo, sino por causa de las circunstancias: los israelitas vivían en medio de pueblos paganos idólatras (creían que las estatuas eran dioses o tenían propiedades divinas, y por eso las adoraban) y tenían mucha tendencia a imitarlos. Para evitar que cayesen en el error de los paganos, Dios prohibió la representación de la divinidad por medio de pinturas o estatuas. En otros pasajes se puede observar dicha intención:
“No vayáis en pos de otros dioses, de los dioses de los pueblos que os rodean, porque un Dios celoso es Yahveh tu Dios que está en medio de ti. La ira de Yahveh tu Dios se encendería contra ti y te haría desaparecer de la haz de la tierra”[2]
“Pero si llegas a olvidarte de Yahveh tu Dios, si sigues a otros dioses, si les das culto y te postras ante ellos, yo certifico hoy contra vosotros que pereceréis”[3]
Estos pasajes dejan claro que la prohibición de hacer imágenes consistía en adorarlas o considerarlas como dioses, no hacerlas.
Otro pasaje que lo deja muy claro es el siguiente:
“Tened mucho cuidado de vosotros mismos: puesto que no visteis figura alguna el día en que Yahveh os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a pervertiros y os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea: figura masculina o femenima, figura de alguna de las bestias de la tierra, figura de alguna de las aves que vuelan por el cielo, figura de alguno de los reptiles que serpean por el suelo, figura de alguno de los peces que hay en las aguas debajo de la tierra. Cuando levantes tus ojos al cielo, cuando veas el sol, la luna, las estrellas y todo el ejército de los cielos, no vayas a dejarte seducir y te postres ante ellos para darles culto. Eso se lo ha repartido Yahveh tu Dios a todos los pueblos que hay debajo del cielo”[4]
DIOS MANDA A HACER IMÁGENES
Una prueba evidente de que Dios no prohibió en sí, la fabricación de imágenes la tenemos en la misma Biblia. Veamos varios ejemplos:
Dios mandó a hacer figuras de querubines sobre el arca de la alianza:
“Harás un arca de madera de acacia de dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho y codo y medio de alto… Harás, además, dos querubines de oro macizo; los harás en los dos extremos del propiciatorio: haz el primer querubín en un extremo y el segundo en el otro. Los querubines formarán un cuerpo con el propiciatorio, en sus dos extremos. Estarán con las alas extendidas por encima, cubriendo con ellas el propiciatorio, uno frente al otro, con las caras vueltas hacia el propiciatorio”[5]
El templo de Salomón estaba lleno de imágenes de querubines:
“El cedro del interior de la Casa estaba esculpido con figuras de calabazas y capullos abiertos; todo era cedro, no se veía la piedra. Había preparado un Debir al fondo de la Casa en el interior para colocar en él el arca de la alianza de Yahveh… Hizo en el Debir dos querubines de madera de acebuche de diez codos de altura. Un ala del querubín tenía cinco codos y la otra ala del querubín cinco codos: diez codos desde la punta de una de sus alas hasta la punta de la otra de sus alas. El segundo querubín tenía diez codos, las mismas medidas y la misma forma para los dos querubines. La altura de un querubín era de diez codos y lo mismo el segundo querubín. Colocó los querubines en medio del recinto interior; y las alas de los querubines estaban desplegadas; el ala de uno tocaba un muro y el ala del segundo querubín tocaba el otro muro, y sus alas se tocaban en medio del recinto, ala con ala. Revistió de oro los querubines. Esculpió todo en torno los muros de la Casa con grabados de escultura de querubines, palmeras, capullos abiertos, al interior y al exterior…los dos batientes eran de madera de acebuche; esculpió sobre ellos esculturas de querubines, palmas y capullos abiertos, y los revistió de oro, poniendo láminas de oro sobre los querubines y las palmeras. Hizo lo mismo en la puerta del Hekal: los montantes de madera de acebuche que ocupaban la cuarta parte; Esculpió querubines, palmeras, capullos abiertos y embutió oro sobre la escultura”[6]
Eso sin contar las figuras de animales que tenía el templo de Salomón:
“Hizo el Mar de metal fundido que tenía diez codos de borde a borde; era enteramente redondo, y de cinco codos de altura; un cordón de treinta codos medía su contorno. Debajo del borde había calabazas todo en derredor; daban vuelta al Mar a largo de treinta codos; había dos filas de calabazas fundidas en una sola pieza. Se apoyaba sobre doce bueyes, tres mirando al Norte, tres mirando al Oeste, tres mirando al Sur y tres mirando al Este; el Mar estaba sobre ellos, quedando sus partes traseras hacia el interior”[7]
“En la cima de la basa había un soporte de medio codo de altura completamente redondo; y en la cima de la basa, los ejes y el armazón formaban un cuerpo con ella. Grabó sobre las tablas querubines, leones y palmeras… y volutas alrededor”[8]
¿Era olvidadizo Salomón? ¿O quizá no conocía el mandamiento que prohibía imágenes? Otro ejemplo lo vemos cuando Dios mismo le mandó hacer a Moisés una imagen de una serpiente de bronce:
“Envió entonces Yahveh contra el pueblo serpientes abrasadoras, que mordían al pueblo; y murió mucha gente de Israel. El pueblo fue a decirle a Moisés: «Hemos pecado por haber hablado contra Yahveh y contra ti. Intercede ante Yahveh para que aparte de nosotros las serpientes,» Moisés intercedió por el pueblo. Y dijo Yahveh a Moisés: «Hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.» Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida”[9]
Este ejemplo es muy claro, ya que esta imagen de la serpiente de bronce solamente fue destruida cuando el pueblo comenzó a adorarla mucho después.
Los protestantes suelen objetar que se puede hacer imágenes cuando Dios manda a hacerlas, pero Dios no manda al hombre a cometer un acto que es moralmente malo. De allí que Dios en ninguna circunstancia manda a blasfemar o a adorar algún ídolo.
¿Y LA GENUFLEXIÓN NO ES IDOLATRÍA POR SER SÍMBOLO DE ADORACIÓN?
Es frecuente escuchar a estos argumentos, que el católico si adora las imágenes porque se arrodilla ante ellas. Sin embargo en la Biblia estar de rodillas puede tener varios significado.
Se puede estar de rodillas para adorar
“Cuando Pedro entraba salió Cornelio a su encuentro y cayó postrado a sus pies. Pedro le levantó diciéndole: «Levántate, que también yo soy un hombre.»”[10]
“Yo, Juan, fui el que vi y oí esto. Y cuando lo oí y vi, caí a los pies del Angel que me había mostrado todo esto para adorarle. Pero él me dijo: «No, cuidado; yo soy un siervo como tú y tus hermanos los profetas y los que guardan las palabras de este libro. A Dios tienes que adorar.»”[11]
En los dos últimos pasajes, ambos hombres, Cornelio y Juan se pusieron de rodillas con intención de adoración, y por eso su gesto es reprobado. El texto aclara que Juan cayo a sus pies “para adorarle”, a lo que el ángel responde: “A Dios tienes que adorar”.
Se puede estar de rodillas para venerar
Pero estar de rodillas también puede hacerse como una muestra de veneración y respeto, como lo vemos en otros pasajes en que este acto no es reprobado, por ejemplo cuando el Rey Salomón se arrodilla ante su madre y nadie entendió que por eso él la adoraba.
“Entró Betsabé donde el rey Salomón para hablarle acerca de Adonías. Se levantó el rey, fue a su encuentro y se postró ante ella, y se sentó después en su trono; pusieron un trono para la madre del rey y ella se sentó a su diestra”[12]
Abdías se arrodilló ante Elías y este no le corrige porque era por respeto también:
“Estando Abdías en camino, le salió Elías al encuentro. Le reconoció y cayó sobre su rostro y dijo: ¿Eres tú Elías, mi señor?»”[13]
Ante Eliseo también se pusieron de rodillas:
“Habiéndole visto la comunidad de los profetas que estaban enfrente, dijeron: «El espíritu de Elías reposa sobre Eliseo.» Fueron a su encuentro, se postraron ante él en tierra”[14]
Daniel se arrodillo ante el ángel Gabriel:
“Mientras yo, Daniel, contemplaba esta visión y trataba de comprenderla, vi de pronto delante de mí como una apariencia de hombre, y oí una voz de hombre, sobre el Ulay, que gritaba: «Gabriel, explícale a éste la visión.» El se acercó al lugar donde yo estaba y, cuando llegó, me aterroricé y caí de bruces. Me dijo: «Hijo de hombre, entiende: la visión se refiere al tiempo del Fin.» Mientras él me hablaba, yo me desvanecí, rostro en tierra. El me tocó y me hizo incorporarme donde estaba”[15]
Las mujeres se arrodillaron frente a ángeles en el sepulcro:
“No sabían que pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Como ellas temiesen e inclinasen el rostro a tierra, les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?”[16]
Existen muchos más ejemplos adicionales en toda la Escritura en donde postrarse significa solamente un acto de veneración y en donde en ningún momento se censura como acto idolátrico[17].
A pesar de esto, los protestantes suelen citar los primeros pasajes donde la genuflexión lleva implícito un acto de idolatría, pero nunca estos. ¿Puede ser consecuente una interpretación de la Escritura que construye su doctrina de pasajes aislados e ignora el resto?
CONCLUSIÓN
Tan seguro de que amanecerá mañana es que los protestantes seguirán utilizando la trillada acusación de idolatría para para confundir a católicos poco formados y atraerlos a su grupo religioso. Es en parte responsabilidad de nosotros y de nuestros pastores por nuestras fallas a la hora de transmitir la fe integra y sin contaminación. Si usted pregunta a algún amigo católico si las imágenes se adoran y no sabe responder, ya sabe que allí hay alguien que necesita ser evangelizado y con urgencia. No es en este sentido falso el viejo adagio: “Católico ignorante, seguro protestante”
NOTAS:
[1] Éxodo 20,3-4
[2] Deuteronomio 6,14-15
[3] Deuteronomio 8,19
[4] Deuteronomio 4,15-19
[5] Éxodo 25,10.18-20
[6] 1 Reyes 6,18-19.23-29.32-33.35
[7] 1 Reyes 13,23-25
[8] 1 Reyes 13,35-36
[9] Números 21,6-9
[10] Hechos 10,25-26
[11] Apocalipsis 22,9
[12] 1 Reyes 2,19
[13] 1 Reyes 18,7
[14] 2 Reyes 2,15
[15] Daniel 8,15-18
[16] Lucas 24,4-5
[17] A este respecto puede consultar: Génesis 33,3.6.7; 48,12; 49,8; Éxodo 18,7; Josué 5,14; 1 Crónicas 21,21; 29,20; 1 Reyes 1,16.23.31; 2,13.19; 18,7; 2 Reyes 1,13; 2,15; 4,27.37; 1 Samuel 24,9; 25,23.41; 28,14; 2 Samuel 1,2; 9,6; 14,4.33; 16,4; 18,28; 24,19;
Fuentes: José Miguel Arráiz para Info Católica
No hay comentarios:
Publicar un comentario