No confundir C. Boff con L. Boff, Clodovis con Leonardo. Hermanos, pioneros de la «Teología de la Liberación» de raíz marxista y que llegaron a enfrentarse a Ratzinger en 1986. Luego siguieron caminos diametralmente opuestos. El primero dedicado a Dios y a los demás, la teología y opción por los pobres, el segundo a lo suyo: política, socialismo, estructura y ecología.
Quizá por eso Leonardo tiene predicamento en la progrez y Clodovis no. No entiendo qué tiene de interés para un católico lo que pueda decir el abarraganado exfranciscano. No sé que me da más vergüenza ajena, si el vedettismo incoherente de Leonardo bendiciendo recurrentemente al Papa sin motivo, o el papanatismo de la prensa entregada. En el anterior cónclave, cuando fue «consultado» Leonardo manifestó que
en mi opinión esa candidatura [Jorge Bergoglio] debiera ser descartada ad limine, antes de que se inicie cualquier votación del Colegio de Cardenales
Pero ya se sabe, lo último que se le puede pedir a un progre es que sea coherente, o quizás no sea más que lo que ellos llaman «espíritu profético», ¿se dice así?.
Quizá por eso la magnífica entrevista a Clodovis en Folha de São Paulo en la que le da un buen repaso a su hermano y a la Teología de la Liberación, no ha tenido repercusión. Traduzco sólo algunos párrafos (gracias Joaquín Trigueros):
–¿Benedicto XVI fue el gran enemigo de la Teología de la Liberación?
–Clodovis Boff.- Esto es una caricatura. En los dos documentos publicados, Ratzinger defendió el proyecto esencial de la teología de la liberación: el compromiso con los pobres como resultado de la fe. Al mismo tiempo, criticaba la influencia marxista. De hecho, es una de las cosas que yo también critico.
El documento de 1986 señala la primacía de la liberación espiritual, perenne, sobre la liberación social, que es histórica. Las corrientes hegemónicas de la teología de la liberación prefirieron no comprender esta distinción. Esto ha hecho, con frecuencia, que esa teología haya degenerado en ideología.
–¿Y los procesos inquisitoriales contra los teólogos?
–Clodovis Boff.- La Iglesia no puede entrar en negociaciones cuando se trata de la esencia de la fe: La iglesia no es como la sociedad civil, donde la gente puede decir lo que quiera. Estamos vinculados a una fe. Si alguien profesa algo diferente de esta fe se autoexcluye de la Iglesia […]
–Cuando se convirtió Vd en crítico con la Teología de la Liberación
–Clodovis Boff.- Desde el principio he sido claro acerca de la importancia de poner a Cristo como el fundamento de toda teología. En el discurso hegemónico de la teología de la liberación, sin embargo, advertí que la fe en Cristo solo aparecía en el fondo. Pero pensé con condescendencia que, con el tiempo, esto se arreglaría. No fue así.
Más adelante le preguntan sobre Rahner, el cristianismo anónimo y otras zarandajas rahnerinianas. C. Boff es demoledor:
El ‘cristianismo anónimo’ fue una gran excusa para dejar de lado a Cristo, la oración, los sacramentos y la misión, y dedicarse a la transformación de las estructuras sociales. Con el tiempo he visto que es insostenible por no tener suficientes bases en el Evangelio, en la Tradición y en el Magisterio de la Iglesia.
En los años 70, el cardenal Eugenio Sales me retiró la licencia para enseñar teología en la Universidad Católica de Río. Sales me explicó con afabilidad «Clodovis, creo que te equivocas. Hacer el bien no es suficiente para ser un cristiano, confesar la de fe es esencial…» Estaba en lo cierto. Vi que con el rahnerismo, la Iglesia se convertía en irrelevante. Y no solo ella, sino Cristo mismo.
Y después de hacer una racional y encendida defensa de la misión de Benedicto XVI termina con una frase redonda acerca del futuro de la Iglesia: «la modernidad no tiene nada más que decir al hombre postmoderno»
Que es más o menos como nos imaginamos a todos esos que van –aún– de modernos y modernizantes: patillones y gafapastas de cristales ahumados.
¿Todavía, querido lector, se extraña Vd de que esta entrevista no haya sido publicada con bombo y platillo en la prensa hispana? Es lo que va de un Boff a otro, lo que va de alguien que bienintencionadamente se equivoca y rectifica a otro, lo que va de ….
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