lunes, 25 de marzo de 2013

Hoy, Jornada por la Vida, crecen las organizaciones ciudadanas antieutanasia


MADRID, 25 de marzo de 2013 (Zenit.org) - 
En el día en el que se celebra la Jornada Mundial por la Vida, conviene recordar que el avance de la eutanasia en Europa es una realidad.

En los Países Bajos está a punto de cumplir 30 años de su legalización; en la práctica, puede pedir la eutanasia cualquier paciente, independientemente de si es o no un enfermo incurable o en situación terminal o si padece un sufrimiento psíquico o físico. Las peticiones de eutanasia las pueden hacer menores de edad e incluso se ha practicado a menores de 12 años y a bebés.
En Bélgica, la eutanasia se aprobó en el año 2002. Según datos oficiales, entre septiembre de 2002 y diciembre de 2011 se produjeron 5.537 casos de eutanasia; en la mayoría de los casos los pacientes alegaron sufrimientos físicos y psíquicos. Entre 2008 y 2011 el número de casos se incrementó un 61 %; ha aumentado la eutanasia en aquellos pacientes cuya muerte no estaba prevista a corto plazo, así como los casos de trastorno neuropsiquiátrico (50 en 2011). Sin necesidad de una legislación específica, el Tribunal Federal suizo afirmó en noviembre de 2006 que el suicidio asistido era legal. Una sentencia posterior admitía la posibilidad de que las personas aquejadas de problemas psíquicos o psiquiátricos podían recibir ayuda para suicidarse. En el cantón suizo de Vaud una ley obliga a los establecimientos médico-sociales y hospitales con financiación pública a aceptar la ayuda al suicidio de sus pacientes o pensionados lo soliciten.
En España, la ley Proposición de Ley reguladora de los derechos de la persona ante el proceso final de la vida presentada por el Grupo Parlamentario Socialista fue rechazada en junio de 2012 por el Pleno del Congreso de los Diputados. Sin embargo, en las comunidades autónomas de Andalucía y Aragón existen leyes que teóricamente regulan los derechos de las personas en el proceso de la muerte pero amparan prácticas eutanásicas. Concretamente, ambas normas incluyen el «derecho a la sedación terminal» y la obligación, para el médico, de limitar las medidas de soporte vital cuando lo estime necesario sin diferenciar las medidas extraordinarias de soporte vital (ventilación mecánica) de los cuidados básicos (hidratación y nutrición); por tanto, el médico estaría obligado por ley a privar de agua y alimentos a un enfermo, lo cual provocaría su muerte.
En Francia, el presidente Hollande propuso en su programa electoral legalizar que toda persona mayor de edad, en fase avanzada o terminal de una enfermedad incurable, que le provoque un sufrimiento físico y psíquico insoportable pueda pedir, bajo determinadas condiciones, ayuda médica para acabar su vida con dignidad. Se espera que en los próximos meses el Gobierno francés impulse esta ley.
No todos son malas noticias; está dando sus primeros pasos la Coalición europea para prevenir la eutanasia promovida por Care not killing (Reino Unido), Not dead yet (Irlanda), Alliance Vita (Francia), Human Life InternationalHil Helpers Europe (Austria), Euthanasia Prevention Coalition (Reino Unido) y Vida Digna-Profesionales por la Ética (España).
Como explica Carlos Álvarez, portavoz de la antecitada asociación española, en la última reunión de esta coalición, celebrada en Roma, se han dado importantes pasos para trabajar en común en los diferentes países.
De momento, el objetivo es impedir que la eutanasia se legalice en Francia en los próximos meses, pero hay mucho más trabajo que hacer para salvaguardar la vida de los más débiles.

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