domingo, 31 de marzo de 2013

LOS VALORES NE LA FAMILIA DE HOY


Un incendio destruye un templo católico, patrimonio de la humanidad, en el suroeste de Colombia


(AFP/InfoCatólica) «Es lamentable lo sucedido a este templo, que era nuestro símbolo religioso y se había convertido en la principal atracción turística de San Andrés de Pisimbalá y más ahora en la Semana Santa», declaró Castillo.
La iglesia de San Andrés de Pisimbalá fue declarada como patrimonio arquitectónico de la humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y era recomendada para visitar por la fundación estadounidense World Monuments Fund.
Las autoridades investigan ahora denuncias de los habitantes de esta localidad, que atribuyen este incendio a un acto vandálico, generado a raíz de un conflicto de tenencia de tierras entre comunidades indígenas y campesinos.
«Es triste que estos actos se presenten. Las autoridades están investigando con rigurosidad y si el incendio fue premeditado por indígenas o campesinos, pues serán sancionados judicialmente», dijo Teméstocles Ortega, gobernador del Cauca.
En este sentido, anunció que pedirá ayuda al ministerio de Cultura de Colombia y a la Unesco para procurar reconstruir la edificación religiosa.
Desde este jueves hasta el domingo se celebrarán los cuatro días feriados de Semana Santa en Colombia, país en el que el 80% de la población de 46,9 millones es católica.

MENSAJE DE LA BENDICIÓN DEL "URBI ET ORBI" POR EL PAPA FRANCISCO


Roma acoge al papa Francisco con una edición especial de billetes de bus y metro

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Homilía íntegra en castellano del Papa Francisco en la Vigilia Pascual


Queridos hermanos y hermanas
1. En el Evangelio de esta noche luminosa de la Vigilia Pascual, encontramos primero a las mujeres que van al sepulcro de Jesús, con aromas para ungir su cuerpo (cf. Lc 24,1-3). Van para hacer un gesto de compasión, de afecto, de amor; un gesto tradicional hacia un ser querido difunto, como hacemos también nosotros. Habían seguido a Jesús. Lo habían escuchado, se habían sentido comprendidas en su dignidad, y lo habían acompañado hasta el final, en el Calvario y en el momento en que fue bajado de la cruz. Podemos imaginar sus sentimientos cuando van a la tumba: una cierta tristeza, la pena porque Jesús les había dejado, había muerto, su historia había terminado. Ahora se volvía a la vida de antes. Pero en las mujeres permanecía el amor, y es el amor a Jesús lo que les impulsa a ir al sepulcro. Pero, a este punto, sucede algo totalmente inesperado, una vez más, que perturba sus corazones, trastorna sus programas y alterará su vida: ven corrida la piedra del sepulcro, se acercan, y no encuentran el cuerpo del Señor. Esto las deja perplejas, dudosas, llenas de preguntas: «¿Qué es lo que ocurre?», «¿qué sentido tiene todo esto?» (cf. Lc 24,4). ¿Acaso no nos pasa así también a nosotros cuando ocurre algo verdaderamente nuevo respecto a lo de todos los días? Nos quedamos parados, no lo entendemos, no sabemos cómo afrontarlo. A menudo, la novedad nos da miedo, también la novedad que Dios nos trae, la novedad que Dios nos pide. Somos como los apóstoles del Evangelio: muchas veces preferimos mantener nuestras seguridades, pararnos ante una tumba, pensando en el difunto, que en definitiva sólo vive en el recuerdo de la historia, como los grandes personajes del pasado. Tenemos miedo de las sorpresas de Dios; tenemos miedo de las sorpresas de Dios. Él nos sorprende siempre.
Hermanos y hermanas, no nos cerremos a la novedad que Dios quiere traer a nuestras vidas.
¿Estamos acaso con frecuencia cansados, decepcionados, tristes; sentimos el peso de nuestros pecados, pensamos no lo podemos conseguir? No nos encerremos en nosotros mismos, no perdamos la confianza, nunca nos resignemos: no hay situaciones que Dios no pueda cambiar, no hay pecado que no pueda perdonar si nos abrimos a él.
2. Pero volvamos al Evangelio, a las mujeres, y demos un paso hacia adelante. Encuentran la tumba vacía, el cuerpo de Jesús no está allí, algo nuevo ha sucedido, pero todo esto todavía no queda nada claro: suscita interrogantes, causa perplejidad, pero sin ofrecer una respuesta. Y he aquí dos hombres con vestidos resplandecientes, que dicen: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado» (Lc 24,5-6). Lo que era un simple gesto, algo hecho ciertamente por amor – el ir al sepulcro –, ahora se transforma en acontecimiento, en un evento que cambia verdaderamente la vida. Ya nada es como antes, no sólo en la vida de aquellas mujeres, sino también en nuestra vida y en la historia de la humanidad. Jesús no ha muerto, ha resucitado, es el Viviente. No es simplemente que haya vuelto a vivir, sino que es la vida misma, porque es el Hijo de Dios, que es el que vive (cf. Nm 14,21-28; Dt 5,26, Jos 3,10). Jesús ya no es del pasado, sino que vive en el presente y está proyectado hacia el futuro, es el «hoy» eterno de Dios. Así, la novedad de Dios se presenta ante los ojos de las mujeres, de los discípulos, de todos nosotros: la victoria sobre el pecado, sobre el mal, sobre la muerte, sobre todo lo que oprime la vida, y le da un rostro menos humano. Y este es un mensaje para mí, para ti, querida hermana y querido hermano. Cuántas veces tenemos necesidad de que el Amor nos diga: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura…, y es ahí donde está la muerte. No busquemos ahí a Aquel que vive.
Acepta entonces que Jesús Resucitado entre en tu vida, acógelo como amigo, con confianza: ¡Él es la vida! Si hasta ahora has estado lejos de él, da un pequeño paso: te acogerá con los brazos abiertos. Si eres indiferente, acepta arriesgar: no quedarás decepcionado. Si te parece difícil seguirlo, no tengas miedo, confía en él, ten la seguridad de que él está cerca de ti, está contigo, y te dará la paz que buscas y la fuerza para vivir como él quiere.
3. Hay un último y simple elemento que quisiera subrayar del Evangelio de esta luminosa Vigilia Pascual. Las mujeres se encuentran con la novedad de Dios: Jesús ha resucitado, es el Viviente. Pero ante la tumba vacía y los dos hombres con vestidos resplandecientes, su primera reacción es de temor: estaban «con las caras mirando al suelo» – observa san Lucas –, no tenían ni siquiera valor para mirar. Pero al escuchar el anuncio de la Resurrección, la reciben con fe. Y los dos hombres con vestidos resplandecientes introducen un verbo fundamental: «Recordad cómo os habló estando todavía en Galilea… Y recordaron sus palabras» (Lc 24,6.8). La invitación a hacer memoria del encuentro con Jesús, de sus palabras, sus gestos, su vida; este recordar con amor la experiencia con el Maestro, es lo que hace que las mujeres superen todo temor y que lleven la proclamación de la Resurrección a los Apóstoles y a todos los otros (cf. Lc 24,9). Hacer memoria de lo que Dios ha hecho por mí, por nosotros, hacer memoria del camino recorrido; y esto abre el corazón de par en par a la esperanza para el futuro. Aprendamos a hacer memoria de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas. En esta Noche de luz, invocando la intercesión de la Virgen María, que guardaba todos estas cosas en su corazón (cf. Lc 2,19.51), pidamos al Señor que nos haga partícipes de su resurrección: nos abra a su novedad que trasforma, a las sorpresas de Dios; que nos haga hombres y mujeres capaces de hacer memoria de lo que él hace en nuestra historia personal y la del mundo; que nos haga capaces de sentirlo como el Viviente, vivo y actuando en medio de nosotros; que nos enseñe cada día a no buscar entre los muertos a Aquel que vive. Amén.

Francisco: "La novedad nos da miedo, también la que Dios nos trae y nos pide"


(José Manuel Vidal) Religión Digital.- San Agustín la definió como "la madre de todas las vigilias". Por vez primera, el papa Francisco presidió a vigilia pascual en la noche santa. Llena de los símbolos de siempre y repleta de la novedad encarnada por el nuevo Pontífice. Y de abrirse a la novedad habló el Pontífice, a no tenerla miedo, a no temer "las sorpresas de Dios, porque Él nos sorprende siempre".
La celebración comenzó en el atrio de la Basílica, donde Francisco bendijo el fuego y luego hizo lo propio con el cirio pascual, símbolo de la luz de Cristo en la Iglesia y en el mundo. Al rito asisten unas diez mil personas, entre ellas 30 cardenales y decenas de obispos y sacerdotes.
Francisco realizó con un punzón una incisión sobre el cirio pascual, grabando una cruz y la cifra del año 2013, y pronunció en latín:"Christus heri et hodie, Principium et Finis, Alpha et Omega, ipsius sunt tempora et saecula. Ipsi gloria et imperium per universa aeternitatis saecula" (Cristo ayer y hoy, principio y fin, alfa y omega. A Él pertenece el tiempo y los siglos, a Él la gloria y el poder por los siglos de los siglos).
Después, comenzó la procesión hacia el altar mayor, en medio de una total oscuridad y silencio en el templo, iluminado poco a poco con las velas de las miles de personas que llenan la basílica, encendidas con la llama procedente del Cirio Pascual.
Una vez llegado al altar se encendieron todas las luces, que dejaron al descubierto las maravillas que encierra la basílica, bellamente adornada con flores blancas, y comenzó el canto del Exultet, o pregón pascual, un recorrido sintético de la historia de la salvación.
El diácono canta el solemne anuncio de la Pascua, momento que para los cristianos significa la victoria de Jesús sobre la muerte a través de la resurrección.
A continuación se realiza la liturgia de la Palabra, en la que se leen fragmentos del Génesis, del libro del Exodo y del libro del profeta Ezequiel, un fragmento de la carta de San Pablo a los Romanos y el Evangelio según San Lucas que relata el descubrimiento del sepulcro vacío por parte de las mujeres y el encuentro con Jesús Resucitado.
En la homilía, Francisco, profundamente emocionado, glosa los sentimientos de las mujeres camino de la tumba de Jesús. "En las mujeres permenecía el amor".
"Y sucede algo inexperado y algo nuevo, que convence sus corazones, transforma sus prohramas y compromete sus vidas": No está Jesús. Quedan perplejas.
"La novedad nos da miedo, también la que Dios nos trae y nos pide. Preferimos nuestras seguridades".
"Tenemos miedo de las sorpresas de Dios, porque Él nos sorprende siempre".
"No nos cerremos a la novedad que Dios quiere traer a nuestra vida".
"No perdamos la confianza nunca. No nos resignemos. No hay nada que Dios no pueda cambiar ni pecado que no pueda perdonar".
Y el papa sigue glosando el Evangelio y los ángeles que les dicen que ha resucitado.
"Jesús no ha muerto. Ha resucitado. Es la vida misma. Es el Hijo de Dios. Jesús y abno es del pasado...en el Hoy eterno de Dios".
Ante los problemas de la vida, recibir a Cristo, con los brazos abiertos. Si has estado lejos de Él, confía en Él. Está contigo y te dará la paz y la fuerza.
Las mujeres se encuentran con la novedad de Dios. Su primera reacción, ante la tumba vacía, fue de temor. Pero reciben el anuncio de la Resurrección con fe.
"Hay que hacer memoria dle encuentro con Jesús, de sus palabras, de sus gestos, de su vida..."
"Hacer memoria del camino recorrido y abrir el corazón de par en par a la esperanza".
"Que Dios nos haga capaces de hacer memoria y de sentirlo como el Viviente, vivo y operante entre nosotros".

La tercera parte de esta ceremonia es la liturgia del bautismo y la eucaristía.
Siguiendo una tradición de la Iglesia primitiva, en la que los catecúmenos (adultos que aspiran al bautismo) eran bautizados en la noche de la Vigilia Pascual, Francisco, revestido con ornamentos blancos, administró los tres sacramentos de la iniciación cristiana a los cuatro catecúmenos adultos.
Se trata del italiano Maurizio Stefano Pilati, de 23 años; el albanés Ismaili Kleant, de 30 años; el ruso Yevgueni Strókov, de 30, y el estadounidense de origen vietnamita Anthony Dinh Tran, de 17.

sábado, 30 de marzo de 2013

El Magdala Center de Galilea recupera la única sinagoga que se conserva de la época de Jesús

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Estrenan película india 'Christaayan', sobre la vida de Jesús

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Los 'Siete pecados capitales' de Bosch por primera vez en la Ciudad Eterna

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Web permite acceder a archivos históricos de Tierra Santa

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Absuelven a la cúpula de las Farc de la muerte del arzobispo de Cali


(Terra/InfoCatólica) La decisión revoca «en su integridad» una condena en ausencia impuesta el 20 de diciembre de 2011 en primera instancia que obligaba a los cinco guerrilleros a cumplir 25 años de cárcel y a pagar una indemnización de 1.000 millones de pesos a los familiares del religioso.
Ese fallo afectaba al ex jefe máximo de las Farc, Guillermo León Sáenz, alias Alfonso Cano, fallecido en noviembre de 2011; al actual jefe guerrillero, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, y al actual «número dos» y jefe negociador en los diálogos de paz con el Gobierno, Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez.
También cobijaba a Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo, y a Noel Mata Mata, conocido como Efraín Guzmán.
Duarte fue tiroteado el 16 de marzo de 2002 a la salida de una iglesia de Cali tras encabezar la celebración colectiva de 105 matrimonios.
El sacerdote Joaquín Cortés también resultó herido en el ataque, que las autoridades atribuyeron a miembros de la red urbana de las Farc en Cali, la capital departamental del Valle del Cauca.
El Tribunal Superior de Cali considera que la postura del prelado frente a las Farc y la repercusión de sus ideas respaldarían la tesis del juzgado como móvil del asesinato pero aseveró que «no existen los méritos jurídicos (...) para determinar que la orden provino de la cúpula insurgente».
Además, recordó que «Pablo Catatumbo» e «Iván Márquez» no hacían parte del Secretariado o cúpula de la guerrilla en ese momento, sino que ascendieron más tarde tras la muerte natural y en combates de otros líderes.
Y cuestionó la validez del testimonio de Julio Rodrigo Iriarte, alias «Julio», un supuesto escolta del guerrillero conocido como «Álex» que manifestó haber escuchado a su superior hablar con alias «Mincho», del Frente 30, sobre «matar al padre, orden del Secretariado».
La información de inteligencia sobre estas estructuras no coincidía con la suministrada por «Julio», según el tribunal.
También se considera dudoso el testimonio del conductor del arzobispo, que dijo haber oído a Duarte hablar de que un policía que nunca fue consultado le alertó de que estaba amenazado por la guerrilla.
El actual arzobispo de Cali, Darío de Jesús Monsalve, tildó de «oportunista» el fallo, enmarcado en el proceso de paz que las Farc y el Gobierno negocian en La Habana desde noviembre de 2012, según dijo en declaraciones a la emisora RCN Radio.
Esta decisión puede ser apelada ante la Corte Suprema de Justicia.

Una testigo de Jehová agoniza en Argentina tras negarse a una transfusión


Una mujer de 74 años, que fue atropellada el pasado 27 de marzo por un colectivo de la Tamse (Transporte Automotor Municipal Sociedad del Estado), se encuentra en estado crítico en el Hospital de Urgencias de la ciudad de Córdoba (Argentina) y se niega a recibir una transfusión de sangre. Su negativa está relacionada a que profesa su creencia como testigo de Jehová, según leemos enLa Voz del Interior.
El médico José Brito confirmó a este diario que cuando la mujer ingresó al hospital “estaba lúcida y manifestó que era testigo de Jehová y que no quería que le hicieran transfusiones”. La mujer llegó al centro asistencial con heridas severas, pero su estado se fue agravando. Brito dijo que el pronóstico “es muy malo”“Está en estado crítico, ingresó a quirófano, pasó a shock room, ha perdido gran cantidad de sangre, y no se puede realizar transfusiones. Está en estado crítico, luchando por su vida”, indicó el médico.
El profesional precisó que la mujer sufrió “graves heridas en su brazo derecho y en su pierna derecha”, además de traumatismos en la zona torácica y abdominal, y se encuentra con asistencia respiratoria. En el Hospital de Urgencias hay familiares y representantes de la secta, quienes decidieron no hablar con la prensa. Brito confirmó que miembros de los testigos de Jehová acercaron a los médicos tratamientos alternativos a la transfusión de sangre y que el equipo médico, en principio, respetará la decisión de la mujer.
El titular de Tamse, Alberto Giménez, confirmó que el accidente ocurrió el miércoles 27, alrededor de las 19, en la intersección de Garzón y Diego de Torres. “Un ómnibus nuestro de la línea T, cuando dobló en la esquina, la señora se bajó para cruzar la calle cuando el ómnibus iba doblando. El colectivo tocó con la parte de atrás y la ha atropellado”, dijo Giménez a Mitre Córdoba. “La parte de atrás (del coche) al parecer ha chupado a la señora y le apretó la pierna”, indicó. Giménez dijo que se abrió un sumario y la empresa está analizando si corresponde una sanción al chofer.
La testigo de Jehová en estado grave es, además, una profesional médica jubilada. Según leemos en Minuto Uno, las autoridades del Hospital de Urgencias ratificaron que se respetará la decisión de la paciente, quien es una profesional obstetra retirada. Cadena 3 informa de que José Brito afirmó: “La paciente continúa en estado crítico con asistencia mecánica respiratoria”. El médico señaló asimismo que “existe la posibilidad de judicializar el caso y que un juez autorice la transfusión, pero hasta ahora se respetó la decisión de la paciente”“La familia nos acercó un acta firmada ante escribano donde la paciente expresó su voluntad de no recibir transfusión de sangre”, agregó Brito.

La secta se defiende

José Carlos Airano es coordinador del Comité de Enlace para los Hospitales de los Testigos de Jehová, y explicó las razones médicas y de fe para no recibir sangre y recordó que existen dos fallos de la Corte Suprema de Argentina que avalan esta postura. En diálogo con Cadena 3, Airano recordó el caso del joven Pablo Albarracini, que se negó a recibir una transfusión de sangre, a pesar de encontrarse en estado crítico. “En el caso Albarracini, con métodos alternativos, salió adelante”, aclaró Airano. “Los métodos alternativos son iguales o superiores al uso de sangre de banco”, agregó.
Airano también agregó: “No puede garantizar nadie que una transfusión sacará adelante un paciente. Puede suceder que eso no ocurra”. El coordinador recordó que la Organización Mundial de la Salud “también cuestiona las transfusiones por la gran cantidad de contagios”. Airano contó que lleva “23 años tratando estos casos y nos han transfundido más de una vez y los paciente muchas veces han fallecido, pero por ética no queremos polemizar”.
En cuanto a la explicación religiosa, Airano dijo: “El principal motivo es el mandato bíblico que ocurrió en el año 49 en el primer Concilio cristiano judeo en Jerusalem con los apóstoles de Jesús y los hombres mayores edades de aquel entonces que manejaban la congregación cristiana, quienes bajo el Poder del Espíritu Santo deberían abstenerse de la sangre, de la fornicación , de la idolatría según el libro bíblico de Los Hechos, capítulo 15, versículo 28″.
“Abstenerse de la sangre significa no usarla como alimento, ni como tratamiento como los médicos creen que es muy efectivo, y que en la realidad no lo es tanto”, explicó Airano, haciendo una lectura tergiversadora y manipulada del texto bíblico. “Esta mujer es obstetra, conoce muy bien los beneficios y riesgos que puede tener una transfusión de sangre”, agregó. “Nadie puede garantizar por escrito que una transfusión puede sacar adelante un paciente”, enfatizó Airano. Como método alternativo, el coordinador señaló además: “Todos los testigos que hemos manejado en Córdoba con hemoglobina 3.1 sobrevivieron sin transfundirse”.
Ries 30 de marzo de 2013

Papa Francisco: «Dejen las puertas abiertas de las iglesias y una luz encendida en el confesionario»


(Zenit) El papa Francisco «se quedó muy contento con este encuentro con los sacerdotes romanos», dijo el portavoz, especialmente porque «ellos tenían muchas historias para contar sobre sus actividades».
Uno de los comensales, monseñor Enrico Feroci de Caritas de Roma indicó que se sintió como 'portavoz' de todos los pobres de esta ciudad: «Fue la primera vez que encontré al Papa, dejará huella en mi vida ver al obispo de Roma que estaba sentado en nuestra mesa y nos escuchaba», dijo a los micrófonos de Radio Vaticano.
«Su capacidad de escuchar –prosiguió el responsable Caritas- es algo fantástico. Uno tiene la sensación de que uno se encuentra a su gusto al contar las experiencias que uno vive». Y añadió que «fue algo fuera de la norma: con nosotros reía, explicaba, reflexionaba, y nos daba consejos».
«Dejen las puertas abiertas de las iglesias –nos dijo Francisco–, así la gente entra, y dejen una luz encendida en el confesionario para señalar su presencia y verán que la fila se formará».
«Me acordé la frase de Zaqueo, baja y del baja y ven a almorzar con nosotros, indicó el sacerdote que precisó».Todos los sacerdotes estabamos implicados en ayuda social. Le conté de la Cáritas de Roma, de sus 36 comedores y de los centros para madres con los niños. «Vi los ojos del papa humedecerse al escuchar la experiencia de quienes trabajan en lo social». Fue un «un animarnos a hacer más, porque nuestro obispo nos lo indica».
«Un almuerzo -prosiguió Mons. Feroci- en el que ni nos dimos cuenta de que comimos, como si se hablara solamente entre amigos que conversan serenamente entre amigos. Lo importante era con quien estábamos y lo que nos decía».
«Al despedirnos -concluyó el responsable Cáritas- nos abrazó uno por uno, sentir que el papa me abrazó. A uno de los sacerdotes le dijo ' te recomiendo, puertas abiertas'. A otro: 'Es muy importante el cuidado de los sacerdotes, te los recomiendo'. Y nos regaló a cada uno un rosario. Tuve la sensación que en breve vendrá entre los pobres de Roma así como a las comunidades en las parroquias. Lo sentiremos presente en la pastoral de nuestra ciudad».
Entre los presentes estaba también el párroco Mario Pasquale, que tuvo una experiencia en los años setenta como trabajador manual, sacerdote obrero, con diversas actividades manuales, como portavalijas en la estación Tiburtina.
«En este primer encuentro tuve la oportunidad de responderle al Papa ¿quien eres tú? Tuve la impresión del obispo ideal que uno quiere tener en la propia vida».
Don Pascuale le contó al Papa que en esos años eran unos 40 sacerdotes que habían tomado la decisión de vivir con los marginados. «Los frutos no nos toca a nosotros juzgarlos, nuestro espíritu era el de dar testimonio con nuestra presencia a estas problemática» dijo.
¿Cómo acogió el Papa este testimonio? «Estaba muy atento, tuve la sensación que quería conocer y advertí que no estaba esperando para decirteme lo que él pensaba sino para escucharme, como persona, como sacerdote. Y me sentí escuchado en mi historia, en mi camino, en mi ser sacerdote. El hecho de encontrarlo en este modo me ha dado la sensación de sentirme entendido sobre ese momento particular».
«Tuve la impresión -concluyó el sacerdote- que e me dijo 'ama a la Iglesia y hasta el fondo'. En particular cuando nos abrazó a cada uno de nosotros como un padre que abraza a su hijo que no ve desde hace años».

''Este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros heridos por una vida que no respeta su dignidad''


Ciudad del Vaticano,  (Zenit.org

Ofrecemos el texto del mensaje enviado por el santo padre Francisco con motivo de la ostensión extraordinaria de la Sábana Santa de Turín.

*****

Queridos hermanos y hermanas:

También yo me pongo con vosotros ante la Sábana Santa, y doy gracias al Señor que nos da, con los instrumentos de hoy, esta posibilidad.

Pero aunque se haga de esta forma, no se trata simplemente de observar, sino de venerar; es una mirada de oración. Y diría aún más: es un dejarse mirar. Este rostro tiene los ojos cerrados, es el rostro de un difunto y, sin embargo, misteriosamente nos mira y, en el silencio, nos habla. ¿Cómo es posible esto? ¿Cómo es posible que el pueblo fiel, como vosotros, quiera detenerse ante este icono de un hombre flagelado y crucificado? Porque el hombre de la Sábana Santa nos invita a contemplar a Jesús de Nazaret. Esta imagen –-grabada en el lienzo– habla a nuestro corazón y nos lleva a subir al monte del Calvario, a mirar el madero de la cruz, a sumergirnos en el silencio elocuente del amor.

Así pues, dejémonos alcanzar por esta mirada, que no va en busca de nuestros ojos, sino de nuestro corazón. Escuchemos lo que nos quiere decir, en el silencio, sobrepasando la muerte misma. A través de la Sábana Santa nos llega la Palabra única y última de Dios: el Amor hecho hombre, encarnado en nuestra historia; el Amor misericordioso de Dios, que ha tomado sobre sí todo el mal del mundo para liberarnos de su dominio. Este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros de hombres y mujeres heridos por una vida que no respeta su dignidad, por guerras y violencias que afligen a los más vulnerables... Sin embargo, el rostro de la Sábana Santa transmite una gran paz; este cuerpo torturado expresa una majestad soberana. Es como si dejara trasparentar una energía condensada pero potente; es como si nos dijera: ten confianza, no pierdas la esperanza; la fuerza del amor de Dios, la fuerza del Resucitado, todo lo vence.

Por eso, contemplando al hombre de la Sábana Santa, hago mía la oración que san Francisco de Asís pronunció ante el Crucifijo:

Sumo, glorioso Dios,/ ilumina las tinieblas de mi corazón/ y dame fe recta, esperanza cierta y caridad perfecta,/ sentido y conocimiento, Señor,/ para que cumpla tu santo y verdadero mandamiento. Amén.

Sábado Santo: Día de recogimiento, silencio y oración


sabado-santo-horizontal“Durante el Sábado santo la Iglesia permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su pasión y su muerte, su descenso a los infiernos y esperando en oración y ayuno su resurrección (Circ 73).
Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
La Cruz sigue entronizada desde ayer. Central, iluminada, con un paño rojo, con un laurel de victoria. Dios ha muerto. Ha querido vencer con su propio dolor el mal de la humanidad.
Es el día de la ausencia. El Esposo nos ha sido arrebatado. Día de dolor, de reposo, de esperanza, de soledad. El mismo Cristo está callado. Él, que es el Verbo, la Palabra, está callado. Después de su último grito de la cruz “¿por qué me has abandonado”?- ahora él calla en el sepulcro.Descansa: “consummatum est”, “todo se ha cumplido”.
Pero este silencio se puede llamar plenitud de la palabra. El anonadamiento, es elocuente. “Fulget crucis mysterium”: “resplandece el misterio de la Cruz.”
El Sábado es el día en que experimentamos el vacío. Si la fe, ungida de esperanza, no viera el horizonte último de esta realidad, caeríamos en el desaliento: “nosotros esperábamos… “, decían los discípulos de Emaús.
Es un día de meditación y silencio. Algo parecido a la escena que nos describe el libro de Job, cuando los amigos que fueron a visitarlo, al ver su estado, se quedaron mudos, atónitos ante su inmenso dolor: “se sentaron en el suelo junto a él, durante siete días y siete noches. Y ninguno le dijo una palabra, porque veían que el dolor era muy grande” (Job. 2, 13).
Eso sí, no es un día vacío en el que “no pasa nada”. Ni un duplicado del Viernes. La gran lección es ésta: Cristo está en el sepulcro, ha bajado al lugar de los muertos, a lo más profundo a donde puede bajar una persona. Y junto a Él, como su Madre María, está la Iglesia, la esposa. Callada, como él.
El Sábado está en el corazón mismo del Triduo Pascual. Entre la muerte del Viernes y la resurrección del Domingo nos detenemos en el sepulcro. Un día puente, pero con personalidad. Son tres aspectos – no tanto momentos cronológicos – de un mismo y único misterio, el misterio de la Pascua de Jesús: muerto, sepultado, resucitado:
“…se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo…se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, es decir conociese el estado de muerte, el estado de separación entre su alma y su cuerpo, durante el tiempo comprendido entre el momento en que Él expiró en la cruz y el momento en que resucitó. Este estado de Cristo muerto es el misterio del sepulcro y del descenso a los infiernos. Es el misterio del Sábado Santo en el que Cristo depositado en la tumba manifiesta el gran reposo sabático de Dios después de realizar la salvación de los hombres, que establece en la paz al universo entero”.
Vigilia Pascual
La celebración es el sábado por la noche, es una Vigilia en honor del Señor, según una antiquísima tradición (Ex. 12, 42), de manera que los fieles, siguiendo la exhortación del Evangelio (Lc. 12, 35 ss), tengan encendidas las lámparas como los que aguardan a su Señor cuando vuelva, para que, al llegar, los encuentre en vela y los haga sentar a su mesa.
La Vigilia Pascual se desarrolla en este orden:
Breve Lucernario
Se bendice el fuego. Se prepara el cirio en el cual el sacerdote con un punzón traza una cruz. Luego marca en la parte superior la letra Alfa y en la inferior omega, entre los brazos de la cruz marca las cifras del año en curso. A continuación se anuncia el Pregón Pascual.
Liturgia de la Palabra
En ella la Iglesia confiada en la Palabra y la promesa del Señor, media las maravillas que desde los comienzos realizó Dios con su pueblo.
Liturgia Bautismal
Se llama a los catecúmenos, quienes son presentados ante el pueblo por sus padrinos: si son niños serán llevados por sus padres y padrinos. Se hace la renovación de los compromisos bautismales.
Liturgia de la Eucaristía
Al acercarse ya el día de la Resurrección, la Iglesia es invitada a participar en el banquete eucarístico, que por su Muerte y Resurrección, el Señor preparó para su pueblo. En él participan por primera vez los neófitos.
Toda la celebración de la Vigilia pascual se realiza durante la noche, de tal manera que no se vaya a comenzar antes de iniciarse la noche, o se termine la aurora del Domingo.
La Misa, aunque se celebre antes de la media noche, es la Misa Pascual del Domingo de Resurrección. Los que participan en esta misa, pueden volver a comulgar en la segunda Misa de Pascua.
El sacerdote y los ministros se revisten de blanco para Misa. Prepárense cirios para todos los que participan en la Vigilia.
Análisis Digital 29 de marzo de 2013

Bélgica: Se fomenta más la eutanasia que los cuidados paliativos


En Bélgica, durante 2012, el número de eutanasias practicadas (1.432) ha aumentado un 25% respecto a las de 2011 (1.133). Esto supone el 2% de todas las muertes del país en 2012. El 74% de los que sufrieron la eutanasia eran enfermos de cáncer.
Thomas Scandroglio se pregunta en La Nuova Bussola Quotidiana por las causas de esta subida, y considera que una vez que se legaliza lo que antes era un delito, los casos aumentan. En el mismo medio, Giovanna Arcuri habla también de esta subida, con motivo del caso de los gemelos adultos de Amberes a los que se les practicó la eutanasia el pasado 14 de diciembre. Este suceso causó un gran revuelo mediático, pero se hizo de forma próxima a la legalidad belga. En 2002, Bélgica despenalizó el delito de homicidio consensuado y cooperación al suicidio. Para pedir la llamada “muerte dulce” o eutanasia, el solicitante debe reiterar su petición varias veces, tener el consentimiento de dos médicos, y de un tercero si la persona interesada no está en etapa terminal (en Bélgica no solo los moribundos pueden pedir la eutanasia). También tiene que ser un médico el que administre la inyección letal. Respecto al cuadro clínico, el solicitante debe estar afligido por un dolor tanto físico como psicológico, sin que exista terapia de alivio satisfactoria.
Términos como “dolor mental” acaban por ser una llave maestra que abre la puerta a muchos casos de eutanasia
Los gemelos Marc y Eddy Verbessem, de 45 años, no eran terminales. Estaban sordos y comenzaban a quedarse ciegos. El portavoz del hospital que les dio muerte alegó que “el dolor puede ser insoportable no solo físicamente, sino también mentalmente”. Lo que sucede es que términos como “dolor mental” se convierten en una llave maestra que puede aplicarse a múltiples casos de eutanasia, como ha sucedido en Holanda (ver Aceprensa, 18-12-1996).
Michael Cook, al comentar el caso de los hermanos Verbessem en MercatorNet, afirma que las asociaciones de sordos han dicho que “ser sordo y ciego no es una sentencia de muerte”. Helen Keller, una conocida mujer americana sordomuda y ciega, viajó por el mundo, escribió libros y se convirtió en una ardiente propagandista del socialismo. La canadiense Coco Roschaert, sorda y ciega, ha comentado en su blog: “Me pregunto si los gemelos Verbessem conocían la formación disponible para su situación, si se les dio a conocer la comunidad de personas sordas y ciegas de Bélgica que estaba en torno a ellos, para calmar su miedo a quedarse ciegos”.
Cook cita también al profesor Chris Gastmans, de la Universidad Católica de Lovaina. “¿Es esta la única respuesta humana que podemos ofrecer en este tipo de situaciones? Me siento incómodo aquí como especialista de ética. Hoy parece que la eutanasia es la única manera correcta de terminar la vida. (…) En una sociedad tan rica como la nuestra, tenemos que encontrar otra manera de afrontar el problema: fomentar los cuidados para hacer frente a la fragilidad humana”.
Un estudio del Instituto Europeo de Bioética, con sede en Bruselas, afirma que la eutanasia en Bélgica está siendo trivializada
Eutanasias que vulneran la propia ley
Por otra parte, el 55% de las muertes por eutanasia en Bélgica ocurren en los domicilios de los pacientes. ¿Cómo puede saber la Comisión Auditora si realmente se cumplieron las condiciones legales?, se pregunta Scandroglio. Cook recuerda que un informe publicado el año pasado por el Instituto Europeo de Bioética, con sede en Bruselas, afirmó que la eutanasia en Bélgica se practica de modo “trivial” y que la aplicación de ley es supervisada por un organismo muy permisivo. Tras diez años de eutanasia legal, con 5.500 casos, ninguno ha sido investigado por la policía.
Estas inquietudes no parecen preocupar demasiado a muchos políticos belgas. Se ha abierto recientemente la tramitación parlamentaria de una propuesta para flexibilizar aún más las condiciones de la eutanasia. Se pretende que los adultos con enfermedades neurodegenerativas, como el alzheimer, tengan libre acceso a ella. Por otra parte, se está estudiando la eutanasia para los menores. Cuarenta expertos fueron llamados al Senado pero, según Tommy Scholtes, jefe de prensa de la Conferencia Episcopal belga, ninguno de ellos tenía una postura provida. El Dr. Dominique Biarent, jefe de cuidados intensivos del Hospital Infantil de la Universidad Reina Fabiola, dijo que la eutanasia para menores de edad ocurre con mucha frecuencia, pese a ser ilegal. A la pregunta sobre la edad mínima para solicitar la eutanasia, Bruno Vanobbergen, comisionado flamenco para los derechos del niño, ha sugerido que 12 años con el permiso paterno y 16 sin él. Su homólogo francófono, Bernard de Vos, piensa que los 15 años es una edad adecuada para tomar una decisión autónoma.
Marginación de los cuidados paliativos
Arrogar a cada persona, incluso menor de edad, un poder absoluto sobre su propia vida, y más en situaciones de enfermedad o depresión, resulta poco razonable. Además, en muchos casos de eutanasia se ignora la voluntad del paciente. Un estudiode K. Chambaere y otros, publicado en el Canadian Medical Association Journal, muestra una serie de conclusiones sobre las eutanasias practicadas en Bélgica, de junio a noviembre de 2007. De 208 casos, en 142 constaba la petición explícita del paciente; en 66 no. En el 77,9% de esos 66 casos, la decisión no fue discutida con los pacientes. Son destacables algunos de los motivos alegados por los ejecutores: a veces se ha actuado por el “interés superior” del paciente (17% de los casos); en otras ocasiones se ha estimado que abordar la cuestión supondría un sufrimiento innecesario para el enfermo (8,2%). En otra investigación de 2011 publicada en la revista de Current Oncology, J. Pereira dice que la petición de la asociación belga de cuidados paliativos (en adelante CP) para incluir una consulta obligatoria sobre estos cuidados (“filtro paliativo”) a los enfermos necesitados, fue denegada. De 2002 a 2007 en Bélgica, se consultó con un médico de CP tan solo en el 12% de los casos de eutanasia. Los médicos de CP y sus equipos no pudieron ofrecer sus alternativas para la atención de más de un 65% de los pacientes que murieron por eutanasia. Las tasas de participación en los CP han ido disminuyendo: en 2002, los equipos de CP fueron consultados en el 19% de los casos de eutanasia, pero en 2007 esa participación se había reducido al 9%. Esta constatación contradice las afirmaciones de que en Bélgica, la legalización de la eutanasia se ha visto acompañada de mejoras significativas en los CP. Análisis Digital

El Papa preside el Via Crucis en el Coliseo de Roma


(José Manuel Vidal).Religión Digital- El Coliseo a reventar recibe al Papa con vivas y vítores. Llega Francisco para celebrar el Via Crucis. Con las estaciones compuestas por jóvenes maronitas, dirigidos por el cardenal libanés Boutros Rai. Tras los saludos de rigor, Su Santidad se dirige al estrado preparado para él.Y comienza el recorrido de la cruz. Al final, en pocas palabras, aseguró que "la cruz de Jesús es la palabra con la que Dios ha respondido al mundo".
Gracias por haber participado en la oración, especialmente a los enfermos y ancianos.
No quiero añadir muchas palabras. Quiero añadir una sola palabra: la cruz misma. La cruz de Jesús.
A veces, nos parece que Dios no responde al mal, que permanece en silencio. Su respuesta es la cruz de Cristo. Una palabra que es amor, misericordia y perdón.
Dios nos juzga amándonos. Si recibo su amor, estoy salvado. Si lo rechazo, me condeno no por él sino por mí mismo, porque Dios no condena. El sólo ama y salva.
La palabra de la cruz es también la respuesta de los cristianos al mal...Deben responder al mal con el bien, tomando sobre sí la cruz como Jesús.
Hermanos del Líbano, les agradecemos...Vimos la belleza y la fuerza de la comunión de los cristianos de aquella tierra cuando Benedicto XVI fue al Líbano. Un signo de esperanza para el mundo entero.
Sigamos el Via crucis en la vida de cada día. Caminemos juntos, llevando en el corazón esta palabra de perdón.
Caminemos con Jesús que nos ama tanto y es todo amor.

En el marco del monumental Coliseo romano, el papa Francisco dio inicio este Viernes Santo a su primer Via Crucis como Jefe de la Iglesia católica, a la que quiere acercar a los más pobres y necesitados.
El argentino Jorge Mario Begoglio llegó en un automóvil negro al anfiteatro iluminado a pleno, donde fue recibido por el alcalde de Roma, Gianni Alemano y altas autoridades religiosas-, en medio de una multitud entusiasmada de fieles con antorchas encendidas para presidir uno de los momentos cruciales de los ritos tradicionales de Pascua.
El nuevo Pontífice desde el monte Palatino y circundado por miles de peregrinos comenzó así la última parte de su jornada, en un momento para el recogimiento y la reflexión, en el día que comunidad cristiana conmemora la muerte de Jesucristo.
El Vía Crucis discurre por el interior del Coliseo -el famoso anfiteatro Flavio, que recuerda los sufrimientos de los primeros cristianos-, continúa por delante del Arco de Trajano y concluye en la colina del Palatino.
El cardenal vicario de Roma, Agostino Vallini, lleva la cruz en la primera y última estación (la decimocuarta). Una familia italiana y otra india la llevaron en la segunda y tercera.
Un enfermo y tres voluntarios de Unitalsi, grupo católico italiano que lleva enfermos a Lourdes, portaron la cruz en la cuarta y quinta y dos seminaristas chinos lo hicieron en la sexta y séptima.
Después, el símbolo de los cristianos fue portado por dos frailes franciscanos de la Custodia de Tierra Santa (en la octava y novena estación), y por dos religiosos, uno nigeriano y el otro libanés, en la décima y undécima estaciones.
En la duodécima y decimotercera estaciones la cruz la portaron dos jóvenes de Brasil, país donde se celebrará la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en julio próximo, a la que asistirá el papa Francisco.
Al final del Vía Crucis, Francisco pronunció unas palabras.

viernes, 29 de marzo de 2013

Francisco de Asís y San Francisco de Roma

Leonardo Boff


Desde que tomó el nombre de Francisco, elegido obispo de Roma, por lo que el Papa, es inevitable comparación entre los dos Franciscos, a Asís y Roma. Por otra parte, Francisco de Roma se refirió explícitamente a Francisco de Asís. Obviamente, esto no es mimetismo, pero señalando puntos de inspiración que nos dirán el estilo que Francisco de Roma quiere dar la dirección de la Iglesia universal. 
innegable Hay un punto en común: la crisis de la institución eclesiástica. El joven Francisco dice que oyó una voz desde la Cruz de San Damián, que le decía: "Francisco repara mi Iglesia, porque está en ruinas". Giotto lo representó así, mostrando rodamiento Francisco sobre sus hombros el pesado edificio de la iglesia. 
Vivimos demasiado grave crisis a causa de los escándalos, la institución eclesiástica interna propia. Se oyó el grito universal ("la voz del pueblo es la voz de Dios"): ". Reparar la iglesia que está en ruinas en su moral y su credibilidad" Fue entonces cuando un cardenal encargado de la periferia del mundo, Bergoglio de Buenos Aires, la misión, como el Papa, la Iglesia restaurar la luz de Francisco de Asís. 
En la época de San Francisco de Asís, el Papa triunfó Inoccêncio III (1198 -1216), quien se presentó como "representante de Cristo". Cuando llegó al más alto grado de secularización de la institución eclesiástica con intereses explícitos de "dominium mundi" dominar el mundo. En efecto, por un momento, casi toda Europa hasta Rusia estaba sujeto al Papa. Vivió en la mayor pompa y gloria. En 1210, bajo muchas dudas, Inocencio III reconoció el camino de la pobreza de Francisco de Asís. La crisis era teológico: a. Iglesia-Imperio temporal y sacra contradecía lo que Jesús quería que 
Francisco vivió la antítesis del proyecto imperial de la Iglesia. El evangelio de poder, mostró el poder del evangelio: el total despojo, la pobreza radical y extrema sencillez. Allí estaba bajo clerical o monástica, sino como un hombre común es guiada por el Evangelio, literalmente, vivía en las afueras de las ciudades, donde los pobres y los leprosos y en medio de la naturaleza, vivir una fraternidad cósmica con todos los seres. Desde la periferia hacia el centro habló, preguntando conversión. Sin hacer una crítica explícita, inició una importante reforma desde abajo, pero sin romper con Roma. Nos encontramos ante un genio seductor de la humanidad cristiana y la ternura y el cuidado fascinante descubrir lo mejor de nuestra humanidad. 
estiman que esta estrategia debe haber impresionado a la Francisco de Roma. Debemos reformar la Curia y la Iglesia clerical y todo palaciega. Pero no es necesario crear una perturbación que dilacerará el cuerpo de la cristiandad. 
Otro punto que seguramente inspirado Francisco de Roma: la centralidad que Francisco de Asís dio a los pobres. No se organizó ningún trabajo para los pobres, pero vivió con los pobres ycómo los pobres. El Francisco de Roma, ya que sabemos, vive repitiendo: el problema de los pobres no se pueden resolver sin la participación de los pobres, pero no por filantropía para la justicia social. . Esto reduce las desigualdades que castigan a América Latina y, en general, todo el mundo 
inspirado El tercer punto es muy oportuna: ¿cómo se relacionan con la Madre Tierra y con escasos bienes y servicios? En el discurso inaugural de su entronización, Francisco de Roma utiliza más de 8 veces la palabra atención . Es la ética del cuidado, como yo mismo he insistido en varios escritos que salvarán la vida humana y asegurar la vitalidad de los ecosistemas.Francisco de Asís, patrono de la ecología, es el paradigma de una fraternal y respetuosa hacia todos los seres, pero no sobre la base de la naturaleza. 
Francisco de Asís, Clara entretenidos con una relación de gran amistad y el verdadero amor.Ensalzó las virtudes de la mujer y considerándolos "damas". Espero inspirar a Francisco a Roma para una relación con la mujer, la mayoría de la Iglesia, no sólo de respeto, sino de reconocimiento de su papel en la toma de decisiones acerca de los caminos de la fe y la espiritualidad en el nuevo milenio. Es una cuestión de justicia. 
Finalmente, Francisco de Asís es, según el filósofo Max Scheler, la razón prototipo ociental cordial y emocional. Es lo que nos hace sensibles al sufrimiento y la Tierra pasión gritando.Francisco de Roma, a diferencia de Benedicto XVI, la expresión intelectual de la razón, es un claro ejemplo de la inteligencia que le encanta la gente amable, abrazar, besar niños personas y mira con amor a las multitudes. Si la razón moderna no amalgamar la sensibilidad del corazón, rara vez atendidos hogar común, los hijos y las hijas de los desposeídos y alimentar la creencia de que así franciscano cariñosamente abrazando el mundo, estamos abrazando Dios.

Las siete palabras de Jesús en la cruz – por Karl Rahner, SJ



Primera Palabra:

“PADRE, PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”  (Lc 23,34)

Cuelgas de la cruz. Te han clavado. No te puedes separar de este palo erguido sobre el cielo y la tierra. Las heridas queman tu cuerpo. La corona de espinas atormenta tu cabeza. Tus manos y tus pies heridos son como traspasados por un hierro candente. Y tu alma es un mar de desolación, de dolor, de desesperación.

Los responsables están ahí, al pie de la cruz. Ni siquiera se alejan para dejarte, al menos, morir solo. Se quedan. Ríen. Están convencidos de tener la razón. El estado en que estás es la demostración más evidente: la prueba de que su acto no es sino el cumplimiento de la justicia más santa, un homenaje a Dios, del que deben estar orgullosos. Se ríen, insultan, blasfeman. Mientras tanto cae sobre ti, más terribles que los dolores de tu cuerpo, la desesperación ante tal iniquidad. ¿Existen hombres capaces de tanta bajeza? ¿Hay, al menos, un punto común entre Tú y ellos? ¿Puede un hombre torturar así a otro hombre, hasta la muerte? ¿Desgarrarlo hasta matarlo con el poder de la mentira, de la traición, de la hipocresía, de la perfidia…. y mantener la pose del juez imparcial, el aspecto del inocente, las apariencias de lo legal? ¿Cómo lo permite Dios? ¡Oh Señor, nuestro corazón se habría destrozado en una furiosa desesperación! Habríamos maldecido a nuestros enemigos y a Dios con ellos.

Sin embargo, Tú dices: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. ¡Eres incomprensible, Jesús! Amas a tus enemigos y los encomiendas al Padre. Intercedes por ellos. Señor, si no fuera una blasfemia, diría que los disculpas con la más inverosímil de las excusas: “no saben”. Sí, sí saben, ¡lo saben todo! ¡Pero quieren ignorarlo todo! No hay cosa que se conozca mejor que aquello que se quiere ignorar, escondiéndolo en el subterráneo más profundo del corazón; pero, al mismo tiempo, le negamos la entrada nuestra conciencia. Y Tú dices que no saben lo que hacen. Sí, hay algo que no saben: tu amor por ellos.

 Pronuncia tu palabra de perdón sobre mis pecados. Di al Padre: “Perdónalo porque no sabe lo que ha hecho”. Mas lo sabía… lo sabía todo, pero no conocía tu amor.



 Hazme pensar tu primera palabra cuando recite distraído el Padre Nuestro y afirme perdonar a los que me ofenden. Necesito tu fuerza para perdonar de corazón a aquellos que mi orgullo y mi egoísmo consideran como enemigos.



Segunda Palabra:

“YO TE ASEGURO: HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO” (Lc 23,43)



Agonizas y, sin embargo, en tu corazón rebosante de dolor hay todavía un sitio para el sufrimiento de los otros. Vas a morir y te preocupas por un criminal que, atormentado en su martirio infernal, reconoce que su pena fue merecida por su vida de maldad. El abandono de Dios te ahoga y hablas del Paraíso. Tus ojos se velan en las tinieblas de la noche y oteas la luz eterna. Al morir nos preocupamos de nosotros mismos, pues los otros nos dejan solos y abandonados. Tú, sin embargo, piensas en las almas que deben ir contigo a tu Reino. ¡Corazón de misericordia infinita! ¡Corazón heroico y fuerte!

Un delincuente miserable pide que te acuerdes de él y Tú le prometes el Paraíso. ¿Se puede transformar tan rápidamente con tu proximidad una vida de pecado y de vicio? Si pronuncias las palabras de absolución se perdonan hasta los pecados y las bajezas más repugnantes de cada vida criminal. Nada puede impedir la entrada a la santidad de Dios. Se puede admitir, llevando las cosas al límite, un poco de buena voluntad, en un pecador, pero su perversidad, sus instintos viciados, la brutalidad, el fango…, ¡eso no desaparece con un poco de buena voluntad y con un arrepentimiento fugaz en el patíbulo! ¡Uno de esa calaña no puede entrar en el Paraíso tan limpiamente como las almas que se purificaron toda la vida, los santos que prepararon sus cuerpos y sus almas para hacerlos dignos del Dios tres veces santo! Y, sin embargo, Tú pronuncias las palabras de tu gracia omnipotente que penetra en el corazón del ladrón y transforma el fuego infernal de su agonía en la llama purificadora del amor divino. El amor destruye la culpa de la criatura rebelde. Y así el ladrón entra en el Paraíso de tu Padre.



 ¿Me darás a mí la gracia del atrevimiento temerario que exige y espera todo de tu bondad? ¿El coraje de decir, como si fuera el mayor de los criminales, “Señor, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino?



Tercera Palabra:

“MUJER, AHÍ TIENES A TU HIJO. HIJO, AHÍ TIENES A TU MADRE”  (Jn 19,26)



Está ya próxima tu muerte, la hora en que tu Madre tenía que estar cerca de ti. Esta es la hora que une, de nuevo, al Hijo y a la Madre. La hora de la separación y de la muerte. La hora que arranca a la madre viuda el hijo único.

Una vez más tu mirada contempla a la tu Madre. No le ahorraste nada: ni la alegría ni la pena, las dos surgían de tu gracia, las dos provenían de tu amor. Amas a tu Madre porque te ha asistido y servido en la alegría y en el dolor; así llegó a ser completamente tu Madre.

Tu Madre, tus hermanos y tus hermanas son los que cumplen la voluntad del Padre que está en los cielos. A pesar de tu tormento, tu amor vibra de la ternura terrena que une al hijo y a la madre. En la suprema agonía de la salvación, te has conmovido por el llanto de una madre. En ese momento, le has dado un hijo y al hijo una madre. Por esto la tierra nueva será posible.

Pero ella no estaba sola con el dolor de madre a cuyo Hijo matan, estaba en nuestro nombre como Madre de los vivientes. Ofrecía a su Hijo por nosotros. Repetía su “fiat” a la muerte del Señor. Era la Iglesia junto a la cruz. Al entregar la Madre al discípulo amado, nos la has entregado a cada uno de nosotros.



 Señor Jesús, tu muerte no habrá inútil si me acojo a este materno corazón. Estaré presente cuando llegue el día de tus bodas eternas, en las que la creación, transfigurada para siempre, se unirá a ti para siempre.



Cuarta Palabra:

“DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?” (Mt 27,36)



Se acerca la muerte. No es el final de la existencia corporal, la liberación y la paz, sino la muerte que representa el fondo del abismo, la inimaginable profundidad de la angustia y devastación. Se acerca tu muerte. Desnudez, impotencia horrible, desolación desgarradora. Todo cede, huye… No existe más que abandono lacerante. Y en esta noche del espíritu y de los sentidos, en este vacío del corazón donde todo abrasa, tu alma insiste en llorar. La tremenda soledad de un corazón consumido se hace en ti invocación a Dios.

¡Seas adorada oración del dolor, del abandono, de la impotencia abismal, del Dios abandonado! Si Tú, Jesús, eres capaz de orar en tal angustia, ¿dónde habrá un abismo tal que desde él no se pueda gritar al Padre? ¿Hay una desesperación que no se pueda hacer oración si busca refugio en tu abandono? ¿Hay un mudo dolor capaz de ignorar que su grito silencioso sea escuchado en las moradas celestiales?

Recitaste el Salmo 21 para hacer de tu abandono total una plegaria. Tus palabras: “Dios mío, Dios, ¿por qué me has abandonado?”. El grito desgarrador que tu Espíritu Santo puso en el corazón del Justo de la Antigua Ley. Tú -si me está permitida la explicación-, en el paroxismo del sufrimiento, no has querido rezar de modo distinto a como lo hicieron tantas generaciones anteriores a ti. En cierto modo, en aquella Misa solemne que Tú mismo celebraste como sacrificio eterno has rezado con las fórmulas litúrgicas consagradas y así has podido decirlo todo.



 Enséñame a orar con las palabras de la Iglesia de tal manera que se hagan palabras de mi corazón.





Quinta Palabra:

“¡TENGO SED!” (Jn 19,28)



El evangelista Juan, que la escuchó, nos cuenta: “Sabiendo que todo estaba cumplido para que se cumpliera la Escritura, exclamó: ¡Tengo sed!”. También aquí confirmaste la palabra tomada de los Salmos y que el Espíritu había profetizado ante tu Pasión. En el Salmo 21 se dice de ti: “Mi paladar está seco lo mismo que una teja, y mi lengua pegada a mi garganta”, y en el Salmo 69, versículo 22, está escrito: “En mi sed me han abrevado con vinagre”.

¡Oh Servidor del Padre, obediente hasta la muerte y muerte de cruz! Tú miras más allá, incluso en la agonía, en la que el espíritu se oscurece y desaparece la conciencia clara, intentas ansiosamente hacer coincidir todos los detalles de tu vida con la imagen eternamente presente en la mente del Padre. No te referías a la sed indecible de tu cuerpo desangrado, cubierto de heridas abrasadas y expuesto al sol implacable de un mediodía de Oriente. Cumplías la voluntad del Padre hasta la muerte con una humildad inconcebible y digna de adoración. Sí, lo que los profetas habían predicho como voluntad del Padre se cumple en ti: tengo sed.

Así comprendiste toda la aspereza cruel de tu Pasión: era una misión que cumplir, no un ciego destino; era la voluntad del Padre, no la maldad de los hombres; redención de amor, no crimen de pecadores.



 Señor Jesús, sucumbes para seamos salvos. Mueres para que vivamos. Tienes sed para que restauremos nuestras fuerzas en el agua de la vida. Nos invitaste a esta fuente cuando en la fiesta de los Tabernáculos exclamabas: “Si alguno tiene sed venga a mí porque de mi seno correrán ríos de agua viva” (Jn 7,37).





Sexta Palabra:

“TODO ESTÁ CUMPLIDO”  (Jn 19,30)



Está cumplido. Sí, Señor, es el fin. El fin de tu vida, de tu honor, de las esperanzas humanas, de tu lucha y de tus fatigas. Todo ha pasado y es el fin. Todo se vacía y tu vida va desapareciendo. Desaparición e impotencia…. Pero el final es el cumplimiento, porque acabar con fidelidad y con amor es la apoteosis. Tu declinar es tu victoria.

¡Oh Señor!, ¿cuándo entenderé esta ley de tu vida y de la mía? La ley que hace de la muerte, vida; de la negación de sí mismo, conquista; de la pobreza, riqueza; del dolor, gracia; del final, plenitud.

Sí, llevaste todo a plenitud. Se había cumplido la misión que el Padre te encomendara. El cáliz que no debía pasar había sido apurado. La muerte, aquella espantosa muerte, había sido sufrida. La salvación del mundo está aquí. La muerte ha sido vencida. El pecado, arrasado. El dominio de los poderes de las tinieblas es impotente. La puerta de la vida se ha abierto de par en par. La libertad de los hijos de Dios ha sido conquistada. ¡Ahora puede soplar el viento impetuoso de la gracia! El mundo en la oscuridad comienza, lentamente, a arrebolarse con el alba de tu amor.



 Tú que perfeccionas el universo, perfeccióname en tu Espíritu, ¡oh Verbo del Padre, que cumpliste todo en la carne y con el martirio! ¿Podré decir en la tarde de mi vida: “Todo está cumplido, he llevado a su término la misión que me encomendaste”? ¡Oh Jesús, sea cual sea mi misión que me haya encomendado el Padre -grande o pequeña, dulce o amarga, en la vida o en la muerte-, concédeme cumplirla como Tú cumpliste todo! Permíteme llevar a plenitud mi vida.





Séptima Palabra:

“PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU”  (Lc 23,46)



¡Oh Jesús, el más abandonado de los hombres, lacerado por el dolor, es tu fin! Ese final en el que a un ser humano se le llega a quitar hasta la decisión libre entre el rechazo y la aceptación. Es la muerte. ¿Quién te arrastra o qué te arrastra? ¿La nada? ¿El destino ciego? No, ¡el Padre! El Dios que une sabiduría y amor. Así te dejas llevar y te abandonas en las manos ligeras e invisibles que a nosotros, incrédulos, prendados de nuestro yo, se nos presentan como el ahogo imprevisto, la crueldad y el destino ciego de la muerte.

Pero Tú lo sabes: son las manos del Padre. Tus ojos, en los que ya se ha hecho la noche, son capaces de ver al pare; se han fijado en la pupila quieta de su amor, y tu boca pronuncia la última palabra de tu vida: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

Todo lo devuelves a quien todo te lo dio. Sin garantías y sin reservas confías todo a las manos de tu Padre. ¡Qué amargo y pesado don! El peso de tu vida que acarreaste solo: los hombres, su vulgaridad, tu misión, tu cruz, el fracaso y la muerte. Pero ahora no has de llevarlo por más tiempo; puedes abandonarlo todo y a ti mismo en las manos del Padre. ¡Todo! Estas manos sostienen segura y cuidadosamente. Son como las manos de una madre. Acogen tu alma tan delicadamente como un pajarillo que se alberga entre las manos. Nada tiene peso. Todo es luz y gracia, todo es seguridad al amparo del corazón de Dios, donde la pena se puede desahogar en llanto y donde el Padre seca las lágrimas de las mejillas de su hijo con un beso.



 Jesús, ¿encomendarás un día mi pobre alma y mi pobre cuerpo a las manos de tu Padre? Depón el peso de mi vida y de mis pecados sobre la balanza de la justicia en los brazos del Padre. ¿Adónde huiré, donde me esconderé sino en ti, hermano en la amargura, que has padecido por mis pecados? Hoy me tienes ante ti. Me arrodillo bajo tu cruz. Beso tus pies que, silenciosos e intrépidos, me siguen con el paso sangrante por los caminos de la vida. Abrazo tu cruz, Señor del amor eterno, corazón de los corazones, corazón paciente, traspasado e infinitamente bueno. Ten piedad de mí. Acógeme en tu amor. Y cuando mi peregrinar llegue a su fin, cuando el día decline y me envuelvan las sombras de la muerte, pronuncia entonces tu palabra definitiva: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. ¡Oh buen Jesús! Amén.